Welcome to Mother's Day




Cuando se entra a la pubertad, cambian muchas cosas. Te importa mas lo que piensen los demás, te vuelves un rebelde, quemas autos, las hormonas te impulsan a querer aparearte, y cosas por el estilo.

Cuando eres pequeño, es todo un goce participar en las actuaciones, y mas, si tienes un super papel en el clásico homenaje al día de la Madre.
Pero creces y las cosas cambian. Las actuaciones ya no emocionan como antes y todavía quieres ser parte del evento, pero desde otro angulo, de espectador.
Pero a mi, me tocó estar parado en la entrada y colocarles rosas en el pecho a las madres que llegan.

Todo empezó cuando la profesora de Física me preguntó:
-Vas a actuar?
-No. - le digo.
-Vas a bailar?
-Uhm, me encantaría, pero No!
-Entonces tocarás en la Orquesta?
-La escuela tiene orquesta?
-Ok, entonces vas a dar la bienvenida a las madres.

Y se fue, antes de que pudiera inventarme cualquier excusa bastante buena y creíble para no ir, como que ese día tendré un contacto extraterrestre o cosas así.

Bien, resignado a estar parado en la puerta todo el show, fui uniformado a la escuela y junto con otros idiotas amigos mas nos pusimos a impregnarles pequeñas rosas a las mamacitas madres que llegaban.

Nunca se me había ocurrido ser anfitriona, pero ahora, no se me ocurrirá jamás. Estar parado por mas de una hora, sonriendole a la gente hasta que se te adormezcan las mejillas y saludar cordialmente a todas las señoras no fue suficiente, mi otro trabajo era pedirles que me permitan acercarme peligrosamente a su busto y colocarle una flor en el lado superior derecho del pecho.
En algunos casos, esto fue agradable.

Como sea, esta fue mi pequeña ofrenda a las madres, y la triste historia de mi vida. La mía y de otros mas. De como nos perdimos de ver el evento y burlarnos de los diferentes números que presentaron. Todo sea, por no ser reprobado en Física, una materia creada por el mismo Lucifer.

Ya postearé mañana un articulo especial por el Día de la Madre.

Feliz Navidad.

R.