The R World

Te conocí hace mucho tiempo, aún recuerdo esos momentos en que gracias a tu trabajo podías conectarte y poder charlar. Felizmente que trabajabas en oficina y no en una mina.

El único problema es que solo tenía 1 hora para disfrutar tu compañía, o al menos tus palabras.

A pesar de todo, hacía sacrificios para poder aprovechar ese pequeño tiempo, ya que sabía que la recompensa serías tú.

No sabes como gocé esos momentos, y supongo que tu también (mas te vale ¬¬).

Todo marchaba bien, hasta que llegó el día en que me comentaste lo de tu nuevo trabajo. Se presento como lo mejor para ti, pero no necesariamente lo mejor para mi.

Habías obtenido otro trabajo. Te ibas de la oficina, el único lugar donde podíamos conectarnos. Pero, se te notaba feliz. Y…bueno, había que resignarse, afrontar que nuestra comunicación ya no sería frecuente. Me alegraba por ti, pero en el fondo, yo me desmoronaba.

En fin, pasó el tiempo, y ya no supe mas nada de ti. Te tenía presente, te escribía e-mails. No había respuesta.

Al parecer, la odisea era solo mía.

Un día entraron unos pequeños rayos de luz. Eras tu, estabas conectada. Pero…No hablaste.

La siguiente vez, tampoco.

Hasta que un día, por cosas de la vida, respondiste mi saludo, que en anteriores encuentros, era vacio.

Quizás era la recompensa de haber esperado tanto tiempo, y de no haber perdido las esperanzas de revivir viejos tiempos.

Mis ruinas, que empezaban a tener un sentimiento de esperanza, se cayeron completamente cuando simplemente me dijiste: “Quien eres?”.

Bueno, luego de explicarte y darte un pequeño resumen de mi vida desde que llegaste a ella, me fui. Quería vendar mis heridas diciendo que todo esto era normal, el tiempo pasa y los recuerdos se van diluyendo, a pesar de que eras Tu, la mujer que puso un marcador en las hojas de mi vida.

Pasaron unas cuantas semanas. Hasta que te volviste a conectar. Lo único que tenía yo, eran sentimientos encontrados. Por un lado, las ansias y la alegría que me causaba el tan solo imaginar la posibilidad de poder entablar una conversación de buenos amigos como antes. Por otro lado, la inseguridad de volver a tragarme en silencio tu indiferencia.

Pero, algo pasó. Eras tu, ahora ya me recordabas (¬¬) Y sin dejarme respirar, atacaste con una noticia; retomabas tu trabajo en la oficina. Volveríamos a los viejos tiempos! Dios existe!

Charlamos, recordamos tiempos felices y desempolvamos el albúm. No sabes como me sentía.

En fin, nuestra amistad, nuestro cariño continuó como antes, vivo.

Pero lamentablemente, es raro encontrarte en línea. Y más raro, que escribas.

No te conectas, pero me hablas!

Te conectas, pero no estas Disponible. Aprendí, que cuando estás No Disponible, dignifica que en realidad NO ESTAS DISPONIBLE.

A veces me hablas en ese estado…

Me ilusionas con tus saludos, para luego aventarme al vació cuando dejas de hablar.

Pero a pesar de todo, quiero que sepas que acá tienes al más grande de tus admiradores. Al que pudo esperarte por meses, y supo mantener viva la llama que encendiste en mi.

Aquel que nunca se cansa de saludarte, aunque no respondas. Aquel que deja todo, para poder disfrutar aquel fragmento de tiempo que tienes para mí. Aquel amigo, que te quiere y siempre estará ahí cuando me necesites.

No sé si te guste leer. No sé si leas todo lo que aquí escribo (el solo hecho de entrar a este Blog ya es una hazaña). Solo sé que esto va para ti, la mujer que logró llenar mi ser, con sus palabras.

Te quiero... y Mucho.

R.